Atravesando la noche
Autor: Karmelo Iribarren
Editorial: Huacanamo
Páginas: 72 páginas
Este es el último poemario que he tenido el placer de leer: Atravesando la noche (Karmelo Iribarren).
Si bien la anterior antología que leí de Karmelo titulada "Seguro que esta historia te suena" la reseñé y catalogué en este blog como el mejor poemario que he leído en los últimos años, este último breve pero intenso libro que he leído no le va a la zaga.
El medio centenar de poemas que recoge este ejemplar son gotas de realidad en la tormenta de la vida. La sucesión de poemas repletos de realidad y autenticidad hacen que el lector no pueda (ni quiera) apartar la vista de su lectura hasta que termina el libro.
Por último, me reafirmo y subrayo que estamos ante uno de los GRANDES poetas que ha dado este país.
A continuación extraigo un par de poemas.
LA CALLE
He recorrido esta ciudad
de punta a punta
casi todos los días
durante más de treinta años.
Abriéndome paso a codazos
en las vísperas de fiesta,
o a través de las madrugadas
fantasmagóricas
de los días laborables de invierno,
o solo y borracho y mojado
hasta los cuernos,
o en compañías que mejor no recordar.
Estas calles no guardan secretos para mí.
Conozco sus plazas, sus antros,
sus mujeres, el brillo
de una navaja al doblar una esquina,
el calor de una mirada
desde el fondo de un bar.
Hubo un tiempo en que el cielo
se miraba en ellas,
yo formé parte de aquello,
eso ya nadie me lo puede arrebatar.
UN MENDIGO
Parecía
mirarme
desde muy lejos,
pero estábamos
a un metro
escaso
de distancia;
yo de pie.
En resumen: Un poemario existencial, intenso y cercano. Totalmente recomendable.
Próximo libro: El criador de gorilas (Robert Arlt).
Autor: Karmelo Iribarren
Editorial: Huacanamo
Páginas: 72 páginas
Este es el último poemario que he tenido el placer de leer: Atravesando la noche (Karmelo Iribarren).
Si bien la anterior antología que leí de Karmelo titulada "Seguro que esta historia te suena" la reseñé y catalogué en este blog como el mejor poemario que he leído en los últimos años, este último breve pero intenso libro que he leído no le va a la zaga.
El medio centenar de poemas que recoge este ejemplar son gotas de realidad en la tormenta de la vida. La sucesión de poemas repletos de realidad y autenticidad hacen que el lector no pueda (ni quiera) apartar la vista de su lectura hasta que termina el libro.
Por último, me reafirmo y subrayo que estamos ante uno de los GRANDES poetas que ha dado este país.
A continuación extraigo un par de poemas.
LA CALLE
He recorrido esta ciudad
de punta a punta
casi todos los días
durante más de treinta años.
Abriéndome paso a codazos
en las vísperas de fiesta,
o a través de las madrugadas
fantasmagóricas
de los días laborables de invierno,
o solo y borracho y mojado
hasta los cuernos,
o en compañías que mejor no recordar.
Estas calles no guardan secretos para mí.
Conozco sus plazas, sus antros,
sus mujeres, el brillo
de una navaja al doblar una esquina,
el calor de una mirada
desde el fondo de un bar.
Hubo un tiempo en que el cielo
se miraba en ellas,
yo formé parte de aquello,
eso ya nadie me lo puede arrebatar.
UN MENDIGO
Parecía
mirarme
desde muy lejos,
pero estábamos
a un metro
escaso
de distancia;
yo de pie.
En resumen: Un poemario existencial, intenso y cercano. Totalmente recomendable.
Próximo libro: El criador de gorilas (Robert Arlt).
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