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El infierno es un lugar solitario
Autor: Charles Bukowski
Editorial: Txalaparta
Páginas: 172 páginas

Este es el último libro que he tenido el placer de leer: El infierno es un lugar solitario.

Uno de los pocos poemarios que me quedaban por leer del viejo Hank.
Poemario recopilatorio donde el autor desgarra sin piedad la ardua pelea con la vida diaria combinado con su inconfundible estilo y sorna.
Como siempre, relata sus experiencias y escupe en papel sus vivencias en pensiones miserables con atmósferas sordidas, su desigual suerte tanto con las mujeres como en las carreras de caballos, su alcoholismo, sus neurosis y un largo etcétera.
El ejemplar está aderezado con fotografías y cartas únicas,
A continuación extraigo un par de poemas dignos de rememorar.


AIRE, LUZ, TIEMPO Y ESPACIO

Sabes, yo tenía una familia, un trabajo, algo 
siempre estaba 
en el medio 
pero ahora 
vendí mi casa, encontré este 
lugar, un estudio amplio, 
deberías ver el espacio y la luz. 

Por primera vez en mi vida voy a tener el lugar 

y el tiempo para 
crear" 

No, nene, si vas a crear 

vas a crear trabajando 
16 horas por día en una mina de carbón 

vas a crear en una piecita con tres chicos 
mientras estás 
desocupado, 
vas a crear aunque te falte parte de tu mente y de 
tu cuerpo, vas a crear ciego, mutilado, loco, 
vas a crear con un gato trepando por tu 
espalda mientras 
la ciudad entera tiembla en terremotos, 
bombardeos, inundaciones y fuego. 

Nene, aire, luz, tiempo y espacio 

no tienen nada que ver con esto 
y no crean nada 
excepto quizás una vida más larga para encontrar 
nuevas excusas. 


ELLOS NO COMEN COMO NOSOTROS

Mi padre comiendo 
sus orejas se movían 
masticaba con gran vigor 
yo deseaba que estuviese en el infierno. 
Miraba el tenedor en su mano 
lo miraba meterse la comida en la boca. 

Mi comida no tenía sabor y estaba muerta 
los pedazos de conversación de mi padre 
se introducían en mi cabeza 
las palabras caían por mi espalda 
y se derramaban en mis zapatos. 

"Comé Henry", decía mi madre. 
El decía, "Mucha gente se muere de hambre 
y no come tan bien como nosotros". 
Yo quería que estuviese en el infierno 
miraba su tenedor 
juntaba más comida y se la metía en la boca, 
masticaba con un estilo de perro 
sus orejas se movían. 

Yo estaba listo para las 
brutales palizas que me daba 
pero verlo comer traía la oscuridad, 
ahí sobre el mantel, 
ahí con el servilletero verde y azul. 

"Comé o te cago a patadas", me decía 
más tarde en la vida le hice pagar de algún modo. 
Pero todavía me debe 

y ya no voy a cobrar.


En resumen: Un excelente poemario. Imprescindible para todo lector incondicional de Charles Bukowski.

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